La creciente demanda de combustibles en la década de los años 70 impulsó la construcción de esta refinería, cuya cimentación inició en 1975 y fue inaugurada el 4 de agosto de 1979, con una capacidad inicial de procesamiento de 165,000 barriles diarios de crudo. En 1989, con la entrada en operación del segundo tren de producción, esta cifra aumentó a 330,000 barriles diarios de capacidad, posicionando a Salina Cruz como la refinería con mayor capacidad de procesamiento del país. Tras la rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación, esta refinería procesa un promedio de 240 mil barriles diarios (MBD).
La Refinería Salina Cruz produce una amplia gama de combustibles y energéticos como gasolina Magna y Premium, Diésel de Ultra Bajo Azufre (UBA), Turbosina, Asfalto, Azufre, Gas Licuado, Propileno y Combustóleo, todos ellos cumpliendo con las especificaciones ambientales y normas internacionales vigentes.
Actualmente, se ejecuta el proyecto de Aprovechamientos Residuales, mediante la construcción de cinco plantas, destacando una planta Coquizadora que permitirá maximizar el rendimiento del crudo al convertirlo en productos de alto valor, al tiempo que se reducen las emisiones de dióxido de carbono, reafirmando el compromiso de Pemex con la eficiencia energética y el cuidado del medio ambiente.
En el sexenio anterior, se consolidó el proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, con el objetivo de impulsar el desarrollo económico, productivo, cultural y social de la región del Istmo a través de la modernización y la creación de polos de desarrollo. Este proyecto hace sinergia con la Refinería Salina Cruz, al contar con una red logística más amplia (transístmica, ferroviaria y portuaria), potenciando su conexión con otros mercados.
PEMEX reconoce y felicita a las y los trabajadores, tanto en activo como jubilados, por su esfuerzo, dedicación y compromiso a lo largo de estos 46 años, que han hecho posible consolidar a esta refinería como pilar fundamental del sistema energético nacional.